Formas naturales de mejorar la estructura del suelo, el papel de las raíces, el papel de las lombrices, el papel de la materia orgánica, el papel de las heladas, la nieve y sus beneficios para el suelo cultivado
Mejora de la estructura del suelo con métodos naturales
Las raíces de las plantas, tanto de cultivos como de cultivos de cobertura, son una excelente herramienta para construir la estructura del suelo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que incluso las raíces más fuertes no sanarán un suelo fuertemente degradado en este aspecto. En tales situaciones, es necesario combinar las fuerzas de la naturaleza y el cultivo.
Tipos de raíces
Las plantas cultivadas generalmente producen dos tipos de sistemas radiculares: fasciculado y pivotante. El primero es característico de los cereales, el segundo de las especies dicotiledóneas. El predominio de cereales en la rotación de cultivos hace que las raíces penetren el suelo a una profundidad pequeña de 20-30 cm. Si tuviéramos una situación como en los pastos permanentes, donde las plantas viejas mueren y las nuevas crecen en su lugar, sin intervención de cultivo, después de años obtendríamos un suelo perfectamente penetrado por raíces, con buena estructura, pero solo a una profundidad de hasta 30 cm, donde se encuentra la masa principal de raíces. Sin embargo, en los cultivos agrícolas necesitamos una buena estructura a mayor profundidad, y aquí funcionarán bien las plantas dicotiledóneas, por ejemplo, colza, soja, remolacha azucarera, girasol. Sus raíces alcanzan incluso 2-3 m, por supuesto, se trata de raíces finas que se rompen fácilmente al tratar de encontrarlas, por ejemplo, en una calicata de suelo. Las plantas con raíces largas juegan un papel importante en la agricultura, especialmente en términos de mejorar la calidad del suelo, reducir la erosión y absorber agua y nutrientes de manera más profunda. Muchas de estas plantas se cultivan tanto por su valor económico como por sus beneficios para el suelo.
Sin compactaciones
Las raíces no les gusta ni el suelo demasiado suelto ni demasiado compacto. En un suelo compacto, al encontrar una compactación, cambian la dirección de crecimiento hasta que pueden volver a crecer hacia abajo (este fenómeno se llama geotropismo). Las raíces necesitan un suelo compactado para crecer, pero en un grado que les permita penetrarlo. Por lo tanto, el cultivo debe consistir no solo en aflojar, sino también en compactar. No hay que preocuparse de que, por ejemplo, durante un cultivo profundo, los rodillos en el implemento compacten demasiado el suelo al mismo grado que antes del cultivo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la recompactación debe ocurrir a la profundidad de cultivo, lo cual no es del todo posible con operaciones profundas como el subsolado. Vale la pena recordar que un suelo húmedo es más fácil de compactar, a diferencia de uno más seco, por lo que las operaciones de cultivo no deben realizarse cuando el suelo está demasiado húmedo.
Raíces y estructura
Las raíces que crecen en profundidad en el perfil del suelo eligen para su crecimiento los mismos espacios donde puede haber agua y aire. Las raíces más gruesas eligen macroporos, que pueden agrandarse adicionalmente, y las más finas, por ejemplo, mesoporos, donde se encuentra el agua disponible para las plantas (ver el tema "Almacenamiento de agua en el suelo"). También aprovechan los lugares donde habitan las lombrices. Durante el crecimiento, las raíces excretan CO2, que en contacto con el agua forma ácido carbónico que acidifica localmente el suelo. Esto permite una mejor disponibilidad de algunos nutrientes, por ejemplo, hierro o manganeso. Las raíces también excretan al suelo, por ejemplo, azúcares que pueden ser alimento para los microorganismos, y estos, al descomponer la materia orgánica, contribuyen a una construcción más rápida del humus. Las raíces de las plantas tienen un impacto directo en la estructura del suelo, afectando sus propiedades físicas, químicas y biológicas. A continuación, presentamos cómo las raíces afectan la estructura del suelo.
Mejora de la porosidad y permeabilidad del suelo: A medida que las raíces crecen y se extienden en el suelo, crean canales y poros que aumentan la permeabilidad de la tierra al agua y al aire. Estos canales también pueden facilitar la penetración del agua durante las precipitaciones, reduciendo el riesgo de erosión superficial.
Estabilización del suelo: Las raíces anclan las partículas del suelo, ayudando a reducir la erosión eólica e hídrica. La red de raíces de las plantas forma una malla que mantiene la tierra unida, especialmente en la superficie.
Apoyo a los microorganismos del suelo: Las raíces excretan compuestos orgánicos, como azúcares, aminoácidos y otros, que son alimento para los microorganismos del suelo. Como resultado, las raíces promueven la diversidad y actividad microbiológica en la tierra, lo que se traduce en una estructura saludable del suelo.
Reducción de la compactación del suelo: En suelos que tienden a compactarse (especialmente los pesados y arcillosos), las raíces pueden actuar como "cultivadores naturales" penetrando y rompiendo la tierra compactada, lo que facilita el acceso del aire y el agua a las capas más profundas.
La mejor solución para las raíces es no arar
Las raíces harán más bien si no aramos el terreno. En la práctica, para mantener el buen efecto de su acción, es suficiente mezclar los residuos de cosecha con el suelo o realizar un cultivo más profundo si es necesario. Si queremos mantener el efecto estructurante de las raíces de los cultivos de cobertura, es suficiente usar, por ejemplo, el rodillo de cuchillas Rolmako ProCut o TurboCut, o la grada de discos de acción superficial SpeedCutter para su eliminación. Voltear el suelo con el arado destruirá la disposición en la que las raíces crearon un sistema de tierra penetrada. Sin embargo, el arado puede ser a veces necesario, por ejemplo, cuando tenemos demasiados residuos de cosecha para gestionar, necesitamos mejorar el pH del suelo en capas más profundas o ha surgido un problema de exceso de malezas de ciertas especies, como la cola de zorra.
El papel de las lombrices - cultivo natural del suelo
Las lombrices juegan un papel crucial en los ecosistemas del suelo y tienen un impacto directo en la calidad y salud de la tierra. Aquí hay algunas razones por las que las lombrices son tan importantes en el contexto del cultivo del suelo:
Aireación natural del suelo: las lombrices, al moverse en el suelo, crean túneles que permiten una mejor circulación del aire. Estos túneles también ayudan en la infiltración del agua, lo que puede mejorar la disponibilidad de agua para las plantas.
Descomposición de la materia orgánica: las lombrices son detritívoras, lo que significa que se alimentan de materia orgánica muerta. Al procesar este material, lo transforman en una forma de nutrientes más accesible para las plantas.
Producción de fertilizante natural: las excretas de las lombrices, llamadas coprolitos, son una fuente rica en nutrientes y microorganismos que son beneficiosos para el suelo. Los coprolitos de las lombrices contienen más nitrógeno, fósforo y potasio que el suelo circundante.
Mejora de la estructura del suelo: la actividad de las lombrices conduce a la formación de agregados del suelo más estables, lo que puede aumentar la porosidad de la tierra y mejorar su capacidad de retención de agua.
Estimulación de la actividad microbiológica: las lombrices apoyan el desarrollo de microorganismos beneficiosos del suelo, como bacterias y hongos, que juegan un papel importante en los ciclos de nutrientes.
Prevención de la erosión: la mejora de la estructura del suelo y el aumento de su capacidad de retención de agua ayuda a reducir el riesgo de erosión hídrica.
Reducción de la compactación del suelo: las lombrices pueden ayudar a reducir la compactación en suelos pesados, lo que facilita el acceso de las raíces de las plantas a los nutrientes y el agua.
Por lo tanto, promover la presencia y actividad de las lombrices en el suelo puede traer muchos beneficios para agricultores y jardineros. Los cultivos sostenibles, evitar el arado intensivo y el uso de fertilizantes naturales y compost son solo algunas formas de fomentar que las lombrices habiten en el suelo y apoyar su actividad.
El papel de las heladas en el cultivo del suelo
Los días y noches helados, aunque pueden parecer desfavorables para las plantas, tienen muchos efectos positivos en el suelo que benefician a los cultivos. Aquí hay algunas formas en que las heladas afectan la tierra y los beneficios que aportan en el contexto de la agricultura:
Rotura del suelo:como resultado de la congelación del agua en el suelo, se forman cristales de hielo que se expanden y actúan como pequeñas cuñas, rompiendo la tierra pesada y compactada. Este proceso natural se llama "acción de la helada". Gracias a esto, el suelo se vuelve más suelto y permeable en primavera.
Control de patógenos y plagas: las bajas temperaturas pueden reducir el número de algunas plagas y patógenos del suelo, lo que puede prevenir enfermedades de las plantas en la siguiente temporada.
Descomposición de residuos vegetales: las heladas pueden ayudar en la descomposición de los residuos vegetales dejados en el campo después de la cosecha, lo que acelera los procesos de mineralización y la transformación del material orgánico en nutrientes disponibles para las plantas.
Producción de fertilizante natural: las excretas de las lombrices, llamadas coprolitos, son una fuente rica en nutrientes y microorganismos que son beneficiosos para el suelo. Los coprolitos de las lombrices contienen más nitrógeno, fósforo y potasio que el suelo circundante.
Mejora de la infiltración del agua: la ruptura del suelo por las heladas mejora su capacidad para permitir y retener agua, lo que puede aumentar la disponibilidad de agua para las plantas en períodos secos.
Los cambios bruscos de temperatura entre las heladas y el calentamiento pueden estresar las plantas y reducir su rendimiento. Aunque las bajas temperaturas y las heladas a menudo se asocian con dificultades para las plantas, tienen un papel crucial en el ciclo de vida natural del suelo y su salud. Las heladas pueden ayudar a preparar la tierra mejorando su estructura, estimulando los microorganismos y controlando las plagas. Por eso, los agricultores aprecian los días fríos de invierno, entendiendo su efecto beneficioso en el suelo y los cultivos. Aunque las condiciones de helada traen ciertos beneficios para el cultivo, requieren precaución y adaptación adecuada por parte de los agricultores. La clave para minimizar los efectos negativos de las heladas es monitorear los pronósticos del tiempo y planificar adecuadamente las labores agrícolas.
La nieve y sus beneficios para el suelo cultivado
La cubierta de nieve tiene muchos beneficios para el suelo cultivado. Algunos de ellos se presentan a continuación.
Aislamiento térmico: la nieve actúa como un aislante protegiendo el suelo de temperaturas extremadamente bajas. Gracias a esto, las raíces de las plantas están protegidas de las heladas, y los microorganismos del suelo pueden sobrevivir en condiciones térmicas más estables.
Prevención de la erosión: la cubierta de nieve reduce el impacto directo del viento y la lluvia en la superficie del suelo, lo que ayuda a prevenir la erosión.
Suministro de agua: en primavera, cuando la nieve se derrite, el agua se libera gradualmente al suelo, proporcionando la humedad necesaria para las plantas en las primeras etapas de crecimiento.
Control de plagas y patógenos: aunque la nieve en sí misma no mata las plagas, las condiciones invernales pueden reducir sus poblaciones, lo que es beneficioso para las plantas.
Mejora de la estructura del suelo: la nieve derretida ayuda a unir las partículas del suelo, lo que puede mejorar su estructura, especialmente en suelos arenosos.
Reducción de la pérdida de agua del suelo: la nieve reduce la evaporación del agua directamente de la superficie del suelo, ayudando a conservar la humedad en él por más tiempo.
Estratificación de semillas: al igual que las heladas, la cubierta de nieve puede ayudar en la estratificación de las semillas, lo que aumenta su capacidad de germinación.
Aunque en algunas regiones la nieve puede considerarse un obstáculo para la agricultura, aporta muchos beneficios al suelo cultivado. Mejora su condición, proporciona humedad, protege contra la erosión y ayuda a controlar las plagas. Una gestión adecuada de los cultivos teniendo en cuenta las condiciones de nieve puede aportar beneficios significativos para la salud del suelo y la productividad de los cultivos.
Resumen
La estructura del suelo juega un papel crucial en la salud y productividad de los ecosistemas agrícolas. Los métodos naturales para mejorarla, como el uso de plantas con raíces profundas, la promoción de la actividad de las lombrices, la adición de materia orgánica y la acción de las heladas y la nieve, contribuyen a crear un suelo más poroso, capaz de retener agua y nutrientes, y que sustenta una vida microbiológica diversa. Las raíces de las plantas, especialmente las profundas, ayudan a airear la tierra, creando canales que aumentan su permeabilidad y mejoran el acceso al agua. Las lombrices son "cultivadores" naturales del suelo que procesan la materia orgánica y crean túneles que mejoran la estructura de la tierra. Las heladas, a través del proceso de congelación y descongelación, pueden romper y aflojar naturalmente el suelo, lo que es especialmente beneficioso para las tierras pesadas y arcillosas. Los cultivos de conservación del suelo que apoyan los procesos naturales del suelo son una inversión en la salud y productividad a largo plazo de nuestras tierras.
Terminología
Poros del suelo - son los espacios libres entre las partículas del suelo, canales y grietas.
Macroporos - poros grandes - más de 30 micrómetros (μm).
Mesoporos - poros de tamaño medio - 0,2 - 30 micrómetros (μm).
Microporos - poros más finos - menos de 0,2 micrómetros (μm).
μm - unidad de medida micrómetro, una milésima de milímetro.
Agregados del suelo - terrones de diferentes formas y tamaños con diversa durabilidad, que se formaron en el suelo como resultado de la unión de granos minerales individuales. Constituyen la estructura de la tierra.
Estratificación de semillas - proceso de preparación de las semillas para la germinación que consiste en eliminar la dormancia colocando las semillas en un sustrato húmedo a baja temperatura o en un sustrato a una temperatura favorable para la germinación.







